TECNOLOGÍA E INFORMÁTICA

Un cordial saludo para todos los chicos y chicas del Área de Tecnología e Informática de los grados séptimo a Undécimo de la Jornada Mañana en la Institución Educativa San Pedro Claver de Puerto Boyacá. En este pequeño espacio encontraran en Plan de área de la asignatura y la teoría vista en clase presencial para reforzar lo visto en ella.


¿Y AHORA QUE ME GRADÚO, QUÉ?

Graduarse de la escuela es uno de los momentos más emocionantes y, al mismo tiempo, más inquietantes en la vida de un estudiante. Después de años siguiendo horarios, cumpliendo tareas, presentando exámenes y compartiendo con compañeros y maestros, llega una etapa nueva: la salida al mundo real. Esta transición puede generar alegría, pero también incertidumbre. La pregunta que muchos se hacen es la misma: ¿y ahora que me gradúo, qué? Este ensayo reflexiona sobre las posibilidades, temores y decisiones que acompañan este momento tan importante.

 

En primer lugar, terminar el colegio es un logro significativo. No solo representa haber adquirido conocimientos académicos, sino también haber desarrollado habilidades que serán esenciales en la adultez: responsabilidad, trabajo en equipo, organización, comunicación y capacidad para enfrentar retos. Sin embargo, este logro viene acompañado de una presión social por decidir rápidamente qué camino seguir. Muchos estudiantes sienten que deben tener claro su futuro a los 16 o 17 años, como si la vida se definiera en una sola elección. Pero la realidad es distinta: el futuro se construye paso a paso.

 

Las opciones después de graduarse son variadas. Una de las más comunes es continuar con estudios superiores: universidad, formación técnica o tecnológica. Estas alternativas permiten profundizar en áreas de interés y abrir puertas laborales. No obstante, también existe la posibilidad de trabajar, emprender, realizar voluntariados o tomarse un tiempo para explorar gustos, habilidades y metas personales. Lo importante no es elegir lo que otros esperan, sino lo que cada estudiante considere significativo para su propio proyecto de vida.

 

A pesar de estas posibilidades, es normal sentir miedo. El temor a equivocarse, a no cumplir expectativas o a enfrentar un mundo desconocido puede generar ansiedad. Pero es fundamental entender que equivocarse es parte del aprendizaje. Nadie tiene el camino resuelto desde el inicio; la madurez surge precisamente de probar, descubrir y ajustar las decisiones. Además, existen redes de apoyo —familia, docentes, orientadores y amigos— que pueden acompañar este proceso y ayudar a tomar decisiones informadas.

 

Por otro lado, graduarse también implica reflexionar sobre la identidad y los sueños. ¿Qué me apasiona? ¿En qué soy bueno? ¿Qué tipo de vida quiero construir? Estas preguntas, aunque difíciles, son esenciales. Más que buscar respuestas inmediatas, se trata de desarrollar curiosidad y autoconocimiento. El mundo laboral y educativo actual es flexible, cambia rápidamente y ofrece caminos diversos. Hoy no se trata de elegir una profesión para toda la vida, sino de aprender continuamente, adaptarse y crecer.

 

Finalmente, graduarse no es un punto final, sino un punto de partida. Es la oportunidad de comenzar a construir la vida que cada estudiante desea. Puede que no todo salga perfecto, puede que haya dudas y tropiezos, pero cada paso aportará experiencia y claridad. Lo importante es avanzar con valentía, confiar en las propias capacidades y recordar que el futuro no está escrito: se construye con cada elección.

 

En conclusión, la pregunta “¿y ahora que me gradúo, qué?” no tiene una única respuesta. Existen múltiples caminos, y cada uno puede llevar a experiencias valiosas. La graduación marca el inicio de un proceso de descubrimiento personal y profesional en el que cada estudiante tiene la oportunidad de definir su propio rumbo. Lo esencial es no temerle al futuro, sino asumirlo como una aventura llena de posibilidades.

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